Parejas trágicas 1: Romy Schneider y Alain Delon

Esta es otra pequeña sección que he querido crear. Hay varias parejas famosas que por los dos o por uno de ellos, por desamor, muerte, accidentes o algún otro motivo pueden incluirse dentro del término «trágico». La primera que inaugurará esta sección son Alain Delon y Romy Schneider. 

¿Quiénes son?

Alain Delon, famoso actor francés, quien nació el 8 de noviembre de 1935 en París. Su padre manejaba un cine y su madre trabaja en una farmacia. Sus padres se divorciaron a la edad de cinco años y fue enviado a un internado.

Vivió una infancia problemática. Los amoríos de su madre lo hicieron escapar de casa, llegó a ser expulsado de más de un colegio, y a los dieciséis años, tras un intento de fuga, comenzó a trabajar en una carnicería, al tiempo que estudiaba en un centro profesional. En 1952 ingresó en el ejército francés como paracaidista de la marina y a los 18 años fue voluntario a la guerra de Indochina. Licenciado del ejército, volvió a París, donde trabajó como mensajero de día y camarero de noche.

Fue su apariencia física lo que lo introdujo en la actuación. Tras haber regresado del servicio militar en Indochina, fue notado por el actor Jean-Claude Brialy, quien lo invitó al Festival de Cannes, en 1956. Aunque no tenía ningún entrenamiento teatral, los productores se impresionaron de su talento.

Un cazador de talentos, David O. Selznick, lo encontró mientras trabajaba en un restaurante, éste le ofreció que si podía aprender inglés en tres meses le daría trabajo, pero claro está, que este cazatalentos no esperó por tres meses, y dejó Francia, dejándole a Alain sólo su tarjeta. Pero la suerte fue buena con él, cuando en 1957 logró tener un papel secundario en la película «Cuando una mujer interviene», y posteriormente cuando le ofrecieron un papel con la prominente actriz Romy Schneider.

Romy Schneider, famosa actriz austriaca, quien nació el 23 de septiembre de 1938 en Viena. Sus padres eran actores, y creció con sus abuelos. Posteriormente fue igual enviada a un internado, y sus padres se terminaron divorciando. A los quince años volvió a su casa, descubriendo que su madre se había vuelto a casar con un hombre de negocios.

Decide estudiar en la Academia de Bellas Artes, para dedicarse al diseño de moda. Su madre, Magda comienza a rodar la película «Lilas Blancas»  y su director Kurt Ulrich, le ofrece a Romy un papel. Después de la película toma el apellido de su madre y cambia su nombre a Romy Schneider. Al estrenar la película, recibe multitud de ofertas para otros trabajos cinematográficos y su madre  empezó a seleccionar los papeles que debía interpretar su hija.

¿Cómo se conocieron?

Se conocieron en el set de la película «Amoríos», (1958) dirigida por un amigo de Alain Delon, Gaspard-Huit. Romy tenía 20 años y Alain 23. El director de la película, le prometió a Romy un nuevo talento, un joven actor como su compañero protagónico. Romy quedó intrigada. Su primer encuentro fue en el aeropuerto «Orly» de París.

Todo parecía un cuento de romance. Alain Delon, sin haberla conocido antes, la esperaba en las escaleras del aeropuerto con un gran ramo de rosas en sus manos. Fueron a cenar al restaurante «Lido», pero la conversación fue muy curiosa. Alain sólo hablaba francés, Romy sólo hablaba alemán. Tuvieron que usar lenguaje corporal y señas para expresarse.

Aumentando lo curioso y pudiendo decir, «atractivo» de aquella salida, Alain sólo sabía decir una frase en alemán: «Ich liebe dich»=»Te amo». Y para dos personas que se acaban de conocer, aquella cita resultaría extraña, pero me parece que para ellos fue un punto muy curioso cómo se dieron aquellas circunstancias, llevándolos poco a poco a enamorarse del otro, y provocando así que Romy se mudara con él a París; rentaron un apartamento en el mismo centro de París, a las orillas del río Siena.

Relación

Él, el equivalente francés a Cary Grant, uno de los más prominentes actores franceses de la postguerra. Ella, otra figura icónica del cine francés, aunque de origen alemán, apareció en más de 60 películas, y fue considerada un ícono de moda. Llegaron a considerarse «los actores más preferidos por el público» en su época, en una revista francesa.

Romy y Alain se comprometieron en 1959, un año después de conocerse. Tras haber protagonizado «Amoríos», Romy rodó «Sissi», papel que marcó a fuego a la bella actriz. Estaban enamoraron perdidamente.

Pero lamentablemente no todo fue color de rosas.  Nunca se casaron, siempre lo estaban retrasando (más por el lado de Alain). Se sabe que la madre de Romy estuvo detrás del compromiso. Ella nunca confió en Alain Delon como pareja de su hija (lo llegó a considerar un seductor y mujeriego). Mientras Romy Schneider encontraba el reconocimiento profesional que tanto deseaba, su relación con Alain Delon se caía a pedazos.

En 1963, Delon sintió que la relación le quitaba oportunidades y la dejó con un ramo de rosas y una carta con una sola palabra en ella: Adiós. La actriz vienesa terminó con su estómago lleno de calmantes y su vida fue para siempre una zozobra.

Durante su relación con Romy, Alain mantuvo un romance con una actriz, cantante y modelo alemana, llamada Nico. El 11 de agosto de 1962 Nico dio luz a un niño: Christian Aaron. Alain Delon nunca reconoció al niño, aunque el mismo fue criado mayormente por los padres de Delon. El 13 de agosto de 1964, Delon se casó con Nathalie Barthélemy, y tuvieron un hijo: Anthony Delon. La pareja se divorció el 14 de febrero de 1969.

Por su lado, en la década de 1960, Romy conoció al director y actor Harry Meyen. Se volvieron pareja y  Romy se mudó a Berlín. Tuvieron un hijo en 1966, David Christopher. Divorciada de Meyen en junio de 1975, en diciembre de ese mismo año se casó con su secretario privado, Daniel Biasini. Con él tuvo una hija en 1978, Sarah, la única sobreviviente de la dinastía.

Romy y Alain siguieron haciendo películas juntos, como «Swimming Pool» (1968). Los tabloides se regocijaron y esperaron que los sentimientos que una vez los unieron, lo hicieran de nuevo, y aunque la película estuvo impregnada del erotismo de la bella Romy Schneider, la esperanza de un romance falló en materializarse; aunque la película fue un gran éxito, tanto para los críticos como para la taquilla.

Permanecieron siendo amigos por toda la vida.

La tragedia

En este caso, la tragedia recayó sobre Romy; y no sólo fue el hecho de romper con el amor de su vida, sino también, una serie de desafortunados acontecimientos la persiguieron hasta su muerte.

Su vida fue difícil, se encontraba triste,  y subsecuentemente su vida se volvió psicológicamente inestable, llevándola al suicidio.

Luego de su separación de Harry Meyen, éste se ahorcó años después, una mañana de abril de 1979 en Hamburgo; Romy se culpó a sí misma por ello. A principios de la década de 1980, su matrimonio con su secretario privado Daniel Biasini también fue un fracaso, y en febrero de 1981 se divorció de él; por lo que Romy comenzó a tener problemas con el alcohol y abuso de sustancias. Ella fue citada diciendo: «Soy una mujer triste de 42 años«.

Meses después, recibió otro  gran golpe emocional en su vida: el 5 de julio de 1981, su hijo David murió al caer sobre la punta de una verja en la mansión de los padres de Biasini, en Saint Germain. Sólo tenía 14 años. Desde ese momento, Romy Schneider entró en una depresión agravada por el consumo de drogas y alcohol. Buscó apoyo en Delon, tratando de revivir tiempos mejores.

Tras la muerte de su hijo, Romy comenzó la filmación de otra película: «The Passerby of Sans-Souci», donde mostró su genio artístico por última vez. El 29 de mayo de 1982, murió de un paro cardíaco. Se especula que pudo haber sido un suicidio, pero bien lo fuera o no, nunca se ha confirmado. Sobrevivió a su hijo sólo un año más.

Tras su muerte, Alain no fue al funeral, pero sí acudió al día siguiente a pagar sus respetos. En una edición conmemorativa de un periódico francés Alain escribió lo siguiente, en recuerdo a Romy (como si de una carta se tratase):

Nunca has estado más hermosa. ¿Ves? He aprendido algunas palabras en alemán para ti: Ich liebe dich, meine Liebe = Te amo mi amor.

¿Arrepentimiento?

Recientemente, Alain confesó que se arrepintió de no haberse casado con Romy, con quien mantuvo una relación de casi 25 años, según confesó en una entrevista con la revista alemana «Bunte». «Ella fue el gran amor de mi vida, el primero, el más fuerte, pero lamentablemente también el más triste«, dijo el protagonista de «El tulipán negro», quien ahora se pregunta si la boda hubiera cambiado realmente la vida de la actriz.

En su opinión, Romy no estaba lo suficientemente preparada para la fama y la dureza del cine. «Se sentía atacada, perseguida, violada en su intimidad», señaló en la entrevista.
Delon reconoció por otra parte, que no le entristece el modo en el que se marchó de este mundo, en mayo de 1982, a los 43 años de edad. «Prefiero que se fuera así. Nos dejó siendo una belleza«, dijo a la vez que recordó que la vida de Romy fue una serie de chascos, rupturas e infelicidades. «Estaba desesperadamente sola. Sabía que moriría con el corazón roto«, dijo.

Por otra parte, Alain ha admitido públicamente que pasa la mayor parte de su tiempo, recordando el pasado. «Sigo diciendo que mi vida está detrás de mi, sólo el pasado tiene un fuerte/amargo sabor para mi»

He sido acusado de vivir en el pasado, y tienen razón. Vivo en el pasado, lo admito.

Si Alain se pasa la mayor parte de su tiempo en privado viviendo en el pasado, utiliza prácticamente todo su tiempo público hablando de ello. Admite que no puede seguir viendo la película «La Piscina» (1969), co-protagonizada con Romy Schneider, que para ese tiempo eran pareja, con su amigo Maurice Ronet, y bajo la dirección de Jacques Deray.

Los tres están muertos ahora, y las escenas son muy dolorosas para volverlas a ver.

Luego de su rompimiento con Romy Schneider, parece que Alain nunca dejó pasar aquello, como prueba de ello, Alain en una ocasión le mostró a un periodista una foto de Romy que guardaba en su cartera, años después de su muerte. Alain libremente admitió que Romy fue el amor de su vida.

Mucho tiempo después, Alain comentó que su muerte a los 43 años, al menos congeló su belleza, diciendo:

Es difícil de admitir, pero no hubiese querido verla cuando tuviese 70 años. Es mejor que se haya ido de esta manera.

En febrero del 2008, en «Los Césars» (Los Bafta franceses), Schneider recibió un premio que marcó lo que hubiese sido el 70 aniversario de su nacimiento. Alain acudió al escenario y tomó el premio en su nombre, pidiéndole a la audiencia que se levantara en una ovación para ella.

Conclusiones finales

Cuando conocí a Alain Delon por primera vez, ni siquiera sabía que había tenido una relación con Romy Schneider, y por supuesto, desconocía toda la tragedia que se escondía detrás de aquella efímera y famosa relación, que a simple vista, parecía una historia más de amor sin un final feliz. Su historia me sigue cautivando cada día más.

Décadas después de su muerte, Romy sigue siendo una figura cautivante. Su aura, su misticismo sigue resplandeciendo aún luego de su muerte. A través de sus diversas películas, adquirió esa imagen de chica tímida, ingenua que se transformó en una «femme fatale», encontrando el éxito internacional. Tanto en su vida profesional como en su vida privada se empujaba a sí misma al límite.  

Su leyenda fue sellada cuando murió a la corta edad de 43 años. Su vida privada estuvo llena de problemas y el destino parecía empecinado a atormentarla hasta el final de su vida. Nunca fue realmente feliz, su vida no pudo ser completa, estable o inclusive consistente. Sólo una cosa es cierta: el mito de Romy Schneider no muestra señas de desaparecer con el tiempo.

Alain Delon es por el otro lado, una especie de dios griego, que encarna tanto la belleza masculina como el romance. Un hombre encantador, de ojos claros y con una enorme popularidad (en su momento) entre las mujeres. Estuvo casado tres veces, pero aún así el pasado lo sigue persiguiendo, vive atrapado en la nostalgia de tiempos pasados. Su romance con Romy Schneider nunca lo podrá olvidar.

La vida entera de Romy y Alain puede definirse bajo las palabras del escritor Alfred de Musset:

He sufrido mucho, algunas veces he cometido errores, pero he amado.